Supongo que lo importante en una de terror, al menos en el primer visionado, es que asuste. Y esta secuela de Expediente Warren lo hace. Luego para mí lo que más me gusta de una peli de este género es que te deje con resaca mental, que no te permita conciliar el sueño bien, al menos la primera noche. Y una vez más, punto cumplido. Así que si queréis brincar en el cine unas cuantas veces y además recuperar ese masoquista sentimiento de paranoia sensorial en casa, mirando de reojo a las esquinas y no apagando la luz de un cuarto hasta encender las bombillas del siguiente, id a ver Expediente Warren: El Caso Enfield. James Wan lo ha vuelto a conseguir. Hay que seguir a este tío, Erlea, porque Insidious también me pareció terrorífica y me tuvo varios días con mal cuerpo.
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