martes, 29 de noviembre de 2016

Los años 80 en 80 películas: Toro salvaje

Toro salvaje

Título original: Ranging Bull
Año: 1980
Nacionalidad: Estados Unidos
Director: Martin Scorsese
Guión: Peter Hyams
Música: Jerry Goldsmith
Fotografía: Stephen Goldblatt
Intérpretes: Robert De Niro, Cathy Moriarty, 
Joe Pesci, Frank Vincent, Nicholas Colasanto

La epopeya del perdedor Jake LaMotta (Robert De Niro) merecería figurar en este libro por muchos motivos, pero no está aquí desde luego por haber sido un descubrimiento puntual, ya que yo llegaría como espectador y admirador del filme de Scorsese a principios de los noventa.
La historia de LaMotta es sobre todo nuestra historia, porque no importa cuánto se brille en la juventud: luego llega la decadencia, inexorable. Creo que Toro salvaje habla de ese proceso de entropía vital fatal que ataca a partir de los cuarenta años, cuando de todo hace veinte años y estás más cerca de la vejez que de la juventud. Por encima del boxeo, por encima de las vicisitudes de alguien nacido con mala estrella y “manos pequeñas”, por encima de cualquier otra consideración, Toro salvaje es un memento mori difícil de tragar, como un bolo de angustia que no pasa por la garganta.
Cuando el boxeo en cine era un videoclip maniqueo sobre superación personal, una fábula simplista de músculos y buenos sentimientos, tal y como se veía en Rocky y su secuela de 1979 Rocky II, Toro salvaje y su áspero blanco y negro venía a mostrar el lado más terrible de este deporte de contacto: que no luchas contra otro, que luchas contra ti mismo, que las victorias son temporales y que estás destinado a perder.
Parcamente premiada en los Oscar, sorprende que este peliculón no arrasara en su año y sólo se llevara estatuillas por montaje y por actor.
El trabajo de caracterización de Robert De Niro no tardaría en convertirse en un cliché sobre los sacrificios alimentarios de los actores muy implicados con sus personajes. El actor llegó a engordar más de treinta kilos con una dieta calórica improvisada —y peligrosa, amén de irresponsable— a base de cervezas, pizza y pasteles. Su proeza sería luego imitada hasta la saciedad, pero lo cortés no quita lo valiente: nadie dudaría del compromiso del actor italoamericano y, en cualquier caso, el considerable aumento de peso de De Niro era sólo parte de una impresionante interpretación que todavía hoy figura como uno de los mejores papeles de su dilatada carrera profesional. 

jueves, 24 de noviembre de 2016

Viejo y cansado en Azeroth

Tras diez años de inactividad, por un arranque de nostalgia, reactivé mi cuenta en World of Warcraft. Y ha sido un error. No se puede volver al pasado. Mis amigos ya no están allí. Mi clan no existe. Nadie sabe quién soy, nadie me recuerda. Yo, que era un warrior bien equipado y hasta admirado por los novatos, me veo ahora atrasado y retrasado, con equipamiento y nivel propio de principiante. El juego se ha casualizado, y ahora todo es fácil e inmediato. Se ha perdido parte del componente rolero y en fin, que ha sido una tontería regresar.

Así que hoy he llevado a Cleveland, mi querido warrior, a la posada donde descansaba en sus primeras aventuras allá por 2004, un local encantador situado en el Bosque de Elwynn. Antes, he comprado cervezas fuertes de enano en una taberna de Ironforge. Me he emborrachado y he brindado por mis amigos, por mi clan, por mi vida pasada allí. Por último, al calor de una chimenea, he mirado a mi warrior y me he despedido de él, y él se ha despedido de mí. Ojalá su descanso sea tan dulce como la felicidad que me produjo su espíritu luchador y aventurero. Fuerza y Honor.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Los años 80 en 80 películas: Superman II

Superman II

Título original: Superman II
Año: 1980
Nacionalidad: Estados Unidos
Director: Richard Lester
Guión: Mario Puzo, David Newman, Leslie Newman
Música: Ken Thorne
Fotografía: Robert Paynter, Geoffrey Unsworth
Intérpretes: Christopher Reeve, Margot Kidder, 
Gene Hackman, Terence Stamp, Sarah Douglas

Venía de otro planeta. Era más fuerte que cualquier hombre conocido, volaba, lanzaba rayos por los ojos, veía a través de las paredes, era alto, guapo y bueno. Nadie le hacía sombra a Superman. Era el superhéroe por antonomasia. Todavía no estaban de moda los claroscuros en los perfiles psicológicos de los superhéroes. Todavía no eran almas torturadas, seres complejos y desgraciados, vigilantes sin vigilancia. Era la época de la felicidad. No había otro superhéroe como Superman, ni falta que hacía. Superman suplía todas nuestras necesidades, era un dechado de virtudes y un ejemplo a seguir. Todos los niños de 1980 queríamos ser Superman. No ser “como Superman”: queríamos ser él. Esa fantasía de poder que alejaba los miedos infantiles y aseguraba una adultez maravillosa —no te conformes con ser policía para usar pistola, futbolista para salir por la tele o veterinario para curar perritos: podías ser Superman y hacer todo eso y más— se agregaba a la alegría que proporciona cualquier ficción lo suficientemente cautivadora. Superman era un cuento de acción y fantasía que nos secuestraba vivos a todos.
Con Superman II tengo la certeza de que la vi en un cine; sé que fue en un cine con columnas que estaba situado en la calle Real de mi pueblo. Pero no recuerdo apenas nada de aquel pase, salvo a los supervillanos y alguna secuencia aislada. Tengo también constancia de haber coleccionado cromos de la película. Y la convicción infantil, que perduró con los años, de que Superman II era mejor que su primera parte. 
 Y lo era. Para empezar, tres enemigos se sumaban a la función, relegando a un segundo puesto a un Lex Luthor cinematográfico que no era rival para Superman. La mente criminal más afinada de la Tierra no era nada al lado del hombre de acero. Pero no se podía decir lo mismo del general Zod (Terence Stamp), la sádica Ursa (Sarah Douglas) y el bestial Non (Jack O´Halloran). Un trío calavera a temer, compuesto por un líder egomaníaco, una malvada compañera —en toda la película no tiene una sola ocurrencia positiva: todo en ella era maldad, me encanta— y el brazo ejecutor, una mole barbuda que a mí me recordaba a Taurus, el brutal compañero de batalla de El Jabato. Estos tres supervillanos eran también hijos de Krypton, y su poder se incrementaba a medida que se iban acercando a nuestro sol.
Además de esta nueva amenaza, Superman llevaba su relación con Lois Lane (Margot Kidder) a un nuevo nivel, cuando por fin se descubría que el tímido Clark Kent y Superman eran la misma persona. Yo de niño llevaba fatal esta dualidad. No comprendía por qué Superman toleraba que lo tomaran por tonto. Quedaba aún por llegar Tarantino explicando, como haría en Kill Bill vol. 2, que Clark Kent era la parodia crítica de nuestra especie por parte de un ser superior. Tampoco yo lo habría entendido, de todas formas. Volviendo a mi refunfuño infantil, ¿quién querría ser Clark Kent pudiendo estar las veinticuatro horas del día en uniforme con capa y repartiendo hostias? Para colmo, cuando Superman era Clark Kent sufría por amor. Así que Superman II me alivió al llegar a la escena en la que por fin la no muy sagaz periodista descubría que su ideal masculino era también su apocado compañero de trabajo. No sólo Superman le revelaba a su churri su verdadera naturaleza, sino que además hacía gala de sus posibles llevándola en volandas hasta la Fortaleza de la Soledad, sita en pleno Polo Norte. Allí cenaban a la luz de las velas y Superman volvía a explicarle a Lois que Clark y él eran una misma cosa.
Hay una secuencia en Superman II que también me encantaba de niño. Se trata de cuando nuestro héroe salva a un chiquillo de morir ahogado en las cataratas del Niágara: ya que no podíamos ser Superman, al menos podíamos ser las afortunadas víctimas de un accidente que eran rescatadas por el hijo de Jor-El.
La saga iría cuesta abajo y sin frenos a partir de la tercera entrega, hasta llegar a la serie B con ínfulas que supuso la no del todo desastrosa producción de la Cannon Superman IV: En busca de la paz —al fin y al cabo, también nos regalaba a un supervillano tebeístico y poderoso, Nuclear Man (Mark Pillow)—, y al final, ya adultos, seríamos testigos de un Superman en silla de ruedas, todavía más débil y vulnerable que Clark Kent. Pero como hacía Louis (Brad Pitt) en Entrevista con el vampiro, de Neil Jordan, yo a Christopher Reeve ya sólo lo recuerdo contra un fondo azul océano, circunvalando la Tierra con el puño por timón.

viernes, 18 de noviembre de 2016

Los años 80 en 80 películas: El Imperio contraataca

El Imperio contraataca

Título original: The Empire Strikes Back
Año: 1980
Nacionalidad: Estados Unidos
Director: Irvin Kershner
Guión: Leigh Brackett, Lawrence Kasdan
Música: John Williams
Fotografía: Peter Suschitzky
Intérpretes: Mark Hamill, Harrison Ford,
Carrie Fisher, Frank Oz, Billy Dee Williams

El Imperio contraataca es para mí, en primer término, un potente recuerdo de infancia. Yo tendría unos siete u ocho años y coleccionaba un álbum de pegatinas con un paisaje general a dos páginas de Dagobah, con Luke Skywalker haciendo el pino ayudado de la Fuerza y con Yoda merodeando por los alrededores. Recuerdo que mi madre y yo no pudimos ir al cine a ver El Imperio contraataca por estrecheces económicas y que tardaría años en acceder a la película, creo que hasta 1988, alquilada en vídeo en Radio Disco Andalucía, local hoy extinto, que disponía de música en la planta baja y de videoclub en la planta superior. Por eso para mí este episodio V ha sido el menos querido y mitificado de la trilogía original, pese a que como película sea más sólida y convincente que las otras dos. Durante años, me imaginé El Imperio contraataca, imaginé los hechos que allí ocurrían, ayudado por amigos que sí la habían visto. Supe por Tony, un chaval que venía de vacaciones en verano al pueblo, que Darth Vader era el padre de Luke —y no me lo podía creer—, y por otros niños que los AT-AT que tanto me impresionaban eran como tanques gigantescos en cuyo interior operaban pilotos y artilleros imperiales o que Yoda, ese ser orejón, grimoso, bajito y verde, era un maestro de jedis. Y así hasta que pude ver la película en vídeo, siendo ya un adolescente y conociéndome de memoria tanto La guerra de las galaxias como El retorno del jedi.
De modo que para mí El Imperio contraataca guarda sentimientos encontrados. Su visionado fue la historia de una larga frustración. Su final abierto y agridulce, tan necesario, tan coherente, nunca logró contentarme del todo y puede que sea la entrega de la primera trilogía que menos veces he repasado. Sin embargo, esta película contiene mi escena favorita de toda la historia del cine, que ya es decir, que ya es sincretizar.

Se trata de los prolegómenos a la batalla en el remoto mundo helado de Hoth. Un rebelde ajusta sus binoculares y otea el horizonte. Enfoca con las lentes y en la imagen difusa se perfilan la cabeza y las patas de lo que parece ser un gigantesco perro mecánico. Son los AT-AT, All Terrain Armored Transport, son la invención más cojonuda que jamás he visto en una película, y cuando necesito recordar cómo era yo de niño, qué cosas me impresionaban hasta dejarme con la boca abierta, pienso en ellos, en los AT-AT avanzando amenazadores por la nieve, pienso en esa escena vista en algún programa televisivo de la época. Todavía hoy me sacuden escalofríos.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Los años 80 en 80 películas: La Niebla

La Niebla

Título original: The Fog
Año: 1980
Director: John Carpenter
Guión: John Carpenter y Debra Hill
Música: John Carpenter
Fotografía: Dean Cundey
Intérpretes: Adrianne Barbeau, Tom Atkins, 
Jamie Lee Curtis, Hal Holbrook, Janet Leight

Treinta y seis añitos cumple La Niebla, sobreviviendo al paso del tiempo y hasta a su espantoso remake, la insulsa, plana y desangelada Terror en la niebla, de Rupert Wainwright.
Tras el éxito cosechado con Halloween, John Carpenter volvía al terror en 1980, de nuevo sobre un guión en colaboración con Debra Hill, nombre que sería clave en su filmografía posterior.
El inicio de La Niebla no puede ser más descriptivo en cuanto al tono e intencionalidad de la película: una cita de Edgar Allan Poe cuestionando la solidez misma de la realidad. “Todo lo que vemos y percibimos es sólo un sueño dentro de un sueño”.
Después del fundido a negro un viejo lobo de mar, Mr. Machen (John Houseman), narra una tétrica historia a un grupo de niños arremolinados en torno a una fogata. El 21 de abril de 1880 surcaba el Atlántico el Elizabeth Danes, un velero que en plena noche se perdió en una súbita y espesa niebla. Los marineros divisaron una luz que tomaron por una señal de localización y emprendieron rumbo hacia ella, pero se estrellaron contra las rocas y se hundieron, muriendo todos ahogados. En realidad, el naufragio del velero formaba parte de una deleznable práctica delictiva, consistente en confundir a los navíos con falsas señales luminosas, para atraerlos hacia los acantilados y provocar el hundimiento, con el fin de saquear las riquezas que transportasen.
El terror está servido. Antonio Bay es un pueblo costero cimentado sobre una violenta tragedia, y aunque ha pasado un siglo y nadie recuerda ya los orígenes criminales de la localidad, ha quedado un remanente de culpabilidad compartida, en forma de leyenda vaticinadora: “Los pescadores que viven aquí, lo mismo que sus padres y sus abuelos, creen que el día que la niebla vuelva a Antonio Bay, los hombres, que yacen en el fondo de las aguas cercanas a Speedy Point se alzarán, se alzarán y buscarán la hoguera que les condujo a su trágico destino y horrible muerte”.
Que en las profundidades del mar habitan monstruos innombrables es una idea de clara inspiración literaria. Que dichas criaturas suban a tierra firme envueltos en la niebla, buscando una muda venganza y, muy importante, en una única hora bruja —desde las doce de la noche a la una de la madrugada— no puede ser más fantasmagórico, ni más clásico. El horror cósmico de Lovecraft y el gótico fatalista de Poe juntos para un cuento de terror moderno que proporciona al espectador, gracias a su magnífica realización, la grata experiencia de sentirse transportado en el tiempo a una época ajena al cine y la televisión, donde el misterio y la fantasía se difundían mediante la tradición oral o la lectura. De estar vivos y compartiendo nuestro mismo marco temporal, ambos autores, Lovecraft y Poe, habrían disfrutado como niños con La Niebla, con esta transliteración de algunas de sus filias y fobias a veinticuatro fotogramas por segundo. Y acto seguido, probablemente, habrían colgado sus plumas para dedicarse al audiovisual.
Como decía, el hábil armazón argumental del guión de La Niebla está organizado en torno a un eje de antiguo cuento de fantasmas, pero desarrollado con elementos genuinos del séptimo arte, como una concepción hitchcockniana para el transcurso de la historia. 
Todo lo que en Halloween era abrupto y seco, en La Niebla se transformó en elegancia. Supongo que esa es la palabra: elegancia. La inquietante delicadeza de la niebla —la verdadera protagonista del filme— derramándose por el pueblo, la construcción de los personajes, arquetípicos pero aún así convincentes, el montaje, el retrato de Antonio Bay y la efectiva música de Carpenter, son algunos de los elementos que nos introducen en la trama con finura y gracia. Mención aquí al fabuloso faro desde donde emite su programa de radio Steve Wayne (Adrienne Barbeau), dueña de la KAB. Es Steve el personaje que sublima la emoción más recurrente que se intenta despertar en el espectador: la sensación de indefensión. A través de la locutora con nombre de chico, vemos cómo una compacta neblina procedente del mar cubre la localidad, justo en el aniversario de la ciudad. Todo observado desde la altura de esa magnífica atalaya de piedra. Pocas veces el miedo tuvo un punto de vista tan bonito y evocador como desde ese faro que nunca existió del todo, puesto que gran parte de su acogedor interior fue recreado en platós. 
Dado que en la película los no muertos y la niebla son una misma cosa, atienden a un hermoso código de conducta de ultratumba que da mucho juego: los avisos ante una casa cerrada a cal y canto. Esto entronca de lleno con los territorios de la imaginería popular, la misma del ajo, la plata y el crucifijo, la del agua bendita y la luz del sol, la que instruye sobre cómo un vampiro no puede entrar en casa si no es invitado a hacerlo. Por el prólogo del viejo cuentacuentos al inicio de la historia, sabemos que el fenómeno está atado a una hora mágica, pero más tarde nos dan la segunda regla: bien por una terrorífica educación, bien porque El Mal de allende los mares necesita envolver previamente a sus víctimas con el vaho salado, el canto de sirena de la niebla toma forma de nudillos aporreando nuestra puerta. La angustia que se genera con dicho recurso es notoria y una baza fuerte jugada con maestría, porque no importa cuántas veces se revise La Niebla, siempre acudirá el mismo murmullo a los labios: “No abras, ¡no abras!”. 
La tercera regla, y espero no chafar la sorpresa a nadie con ello —¿qué hacéis leyendo este texto si aún no habéis visto La Niebla?— se aclara en el rollo final de la película. Por supuesto, se trataba de una maldición, otro concepto que no requiere de excesivas líneas de diálogo, instalada como está en forma de ley popular multicultural. No habrá descanso para las almas torturadas hasta que el último descendiente de los responsables del naufragio del Elizabeth Danes pague su culpa. Así, y con un impactante golpe de efecto antes de los créditos, se completa el relato; terror actual de calidad sobre un esquema de cuento fantástico decimonónico.
La Niebla fue una producción modesta, de apenas un millón de dólares, pero realizada con exquisito buen hacer, con un plantel de actores que ofrecieron unas interpretaciones correctas y dirigidos por un John Carpenter inspirado, en su salsa, la serie B, categoría que abandonaría poco después para entrar en su etapa de títulos mainstream, como La Cosa o Starman, de las que nos ocuparemos más adelante. La banda sonora original, compuesta también por el cineasta es, en mi opinión, la mejor de toda su carrera como músico, antes de que se abandonara a caprichos tan discutibles como el permitir que su hijo de catorce años colaborara a la guitarra en uno de sus largometrajes de finales de los noventa, Vampiros
La espectacular fotografía estuvo a cargo de Dean Cundey, otro habitual de Carpenter. Los maquillajes y efectos visuales correspondieron a un por entonces joven Rob Bottin, responsable a posteriori de los fenomenales bestiarios de criaturas de Legend, Desafío Total o Exploradores, amén del mítico extraterrestre polimorfo de La Cosa. Y en La Niebla, el talento de Bottin logró unos resultados más que satisfactorios, teniendo en cuenta los limitados medios económicos con los que fueron creados los convincentes espectros; seres putrefactos, mohosos, armados con sus temibles utillajes portuarios: espadas, garfios, cuchillos y ganchos. Bottin tuvo un breve cameo actoral encarnando a Blake, el capitán de la tripulación maldita. También Dan O´Bannon, al que deberíamos estarle agradecidos eternamente por El regreso de los muertos vivientes, apareció en pantalla unos instantes. Y como última curiosidad, en La Niebla coincidieron Janet Leigh y su hija, Jamie Lee Curtis: una reina del grito dando paso a su digna heredera, juntas ambas en la película más idiosincrásica y reconocible de los primeros años del Carpintero de la Muerte.

viernes, 11 de noviembre de 2016

Los años 80 en 80 películas: Granujas a todo ritmo

Granujas a todo ritmo

Título original: The Blues Brothers
Año: 1980
Nacionalidad: Estados Unidos
Director: John Landis
Guión: John Landis y Dan Aykroyd
Música: Elmer Bernstein y Varios
Fotografía: Stephen M. Katz
Intérpretes: Dan Aykroyd, Jon Belushi,
Henry Gibson, Carrie Fisher, James Brown

The Blues Brothers —horrenda y con todo imbatible la titulación española de esta película— puede verse de dos maneras, y las dos son válidas. Como una sucesión de piezas musicales extraordinarias y como una alocada comedia de situación. No parecen encajar estas dos visiones en un organismo simbionte, y siempre que repaso las aventuras y desventuras de Jake (Jon Belushi) y Elwood (Dan Aykroyd), me choca esta disonancia entre números musicales y trama convencional. Quizá también tenga que ver el que mi primera vez con la película de John Landis —qué gran entrada de década haría este director primero con los Blues Brothers y luego con su lobo americano en Londres, que trataremos en breve— fue en versión doblada, produciéndose una separación sonora estridente entre las canciones y los diálogos.

Sea como fuere, nunca es mal momento para menear el esqueleto al son de lo mejor en rythm and blues y soul del pasado siglo XX. Jamás se volverá a juntar semejante elenco de figuras para un musical, y si hay un par de maneras de ver The Blues Brothers, sólo hay una posible de sentirla: desde la más honda diversión.

Comentemos algunos apuntes sobre la película.

Granujas a todo ritmo contenía el récord de mayor número de coches siniestrados en un rodaje, hasta que le fue arrebatado hace poco por Matrix Reloaded.
La película no funcionó bien en Estados Unidos, pero sí en Europa, donde pronto alcanzó el estatus de culto.
El famoso “Bluesmóvil” era un Dodge Monaco de 1974.
Para el treinta aniversario del filme, L’ Osservatore Romano proclamó a The Blues Brothers como un “clásico católico”, y fue recomendado a sus lectores como un entretenimiento adecuado.
The Blues Brothers fue el debut en la gran pantalla de Ray Charles.
También podía verse en ella a un jovencísimo Paul Reubens, antes de alcanzar la fama por su personaje de Pee-Wee Herman.
Según Dan Aykroyd, el filme no funcionó bien en algunos estados del sur de Estados Unidos por el rechazo que provocaba tanta presencia afroamericana en el reparto. El actor cree que el racismo fue uno de los motivos de la baja taquilla en el sur del país.
La esposa de Jon Belushi, Judy Jacklin, tenía una aparición como camarera en una escena inicial.
Aykroyd llegó a escribir trescientas veinticuatro páginas del guión de la secuela de la película.

Adiós a Leonard Cohen

No se va del todo. Quedan sus canciones, y su voz grave y cavernosa registrada en un buen puñado de discos. Bailemos juntos, Erlea y amigos, este vals:

viernes, 28 de octubre de 2016

Halloween con Erlea

Antes mi Noche de Brujas era un evento solitario. Me preparaba un programa doble o triple de películas de terror, compraba dulces, hacía bastante café y luego al día siguiente lo contaba en mi viejo blog. Pero este año tengo a Erlea. 

El programa será el siguiente:

De primer plato, la deliciosa Trick or Treat. Yo ya la he visto varias veces, pero ella no.


De segundo, Nunca apagues la luz.


De tercero, viejos episodios de la mítica Historias de la Cripta.


Mi cuarto y la pantalla del proyector estarán debidamente adornados con atrezzo halloweenero, habrá café de cápsulas y compraré trufas y chocolate relleno de fresa.

Estáis todos invitados.

miércoles, 26 de octubre de 2016

lunes, 17 de octubre de 2016

Para cuando me dejes por E.F.

Deja que hable.
Deja que hoy te cuente
Como quema que te vayas
Entre lágrimas me duele.

Déjame verte.
Una despedida
Y ya me quedo en este infierno
al ver que hoy me olvidas.

Párale los pies a ese reloj
que nos controla
que no nos deja ser
que apaguen el sol de una vez.

Recuérdame,
Ahora que ya decidiste ir con ella.
Que sea lo que deba ser
Aunque a mí me toque perder.

Recuérdame,
Ahora que tu piel ya se fundió con su piel
Su mundo gira en torno a ti
Y tu no piensas volver

¿Dónde te marchas?
¿Dónde piensas irte?
vayas donde vayas
Sé que ya no voy a perseguirte.

¿Cuánto le amas?
¿Besa como beso?
Dime que aún no te ha tocado
como lo hicieron mis dedos.

lunes, 3 de octubre de 2016

Cosmos, Vangelis

Que sí, cabezona, que hay más estrellas en el cosmos que granos de arena en todas las playas de la Tierra. Que lo dijo Carl Sagan, y eso va a misa en este blog. Te dejo aquí abajo el tema principal de Cosmos, esa serie con la que te martirizo en el proyector de mi casa algunas veces.



Por cierto, Vangelis está vivito y coleando. Te dije que palmó, pero qué va. Setenta y tres años y sumando.

Mis almuerzos con Orson Welles

Es el segundo libro de Peter Biskind que estoy leyendo. El primero fue Moteros tranquilos, toros salvajes.

En esta ocasión, Biskind edita y ordena las cintas que durante dos años, entre 1983 y 1985, Henry Jaglom grabó mientras comía con el genial cineasta. Un libro apasionante que revela la tremenda cultura de Welles en ámbitos como la historia, el arte contemporáneo, el cine, el teatro y la literatura. Un bonito libro que te recomiendo Erlea. A ti, que tanto te gusta el cine del siglo XX, puede que te encante oír a Orson hablar sobre lo ordinaria que era Katherine Hepburn o cómo los fascistas copiaron sus saludos marciales de las películas de romanos de Cecil B. DeMille, entre otras anécdotas suculentas.

martes, 20 de septiembre de 2016

Trivial Online

En Trivial Online entras, creas una partida o te unes a alguna abierta. Y ya está, a jugar. Sencillo, fácil y muy adictivo. Yo suelo estar por allí con nombre de mujer. Me gusta decir "Hola, guapos" a los hombres de la sala y ver cómo me pagafantean sólo por un saludo. En fin.

Click aquí para echar una partidita.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Feliz cumpleaños

Erlea cumple hoy treinta y ocho añitos. Hace más de treinta años que decía que Simon Le Bon, de Duran Duran, era su novio. Hace más de veinticinco años que correteaba por los bloques de viviendas de Los Junquillos tomándole el pelo a un niño bajito gritando "¡Plantavit, enano, Plantavit!". Hace unas dos décadas que acabó sus estudios. Hace más de diez años que iba sola al cinematógrafo de mi pueblo a tragarse pelis como Johns, con su querido David Arquette. Hace un buen puñado de años que anda trabajando e hipotecada, como gran parte de este país.Y hace unos ocho meses que sale conmigo. Es el primer cumpleaños suyo que pasamos juntos. Espero que dentro de muuucho tiempo sigamos celebrando este día como lo haremos a lo largo de este sábado.

lunes, 12 de septiembre de 2016

Me encanta...

Me encanta mirarle cuando no se percata.
- ¿En qué piensas?
le pregunto.
- "En nada".
Eso decimos cuando pensamos en todo.
Por eso me encanta mirarle cuando no se percata,
porque por un momento,
mientras él piensa en todo,
yo solo pienso en él.

viernes, 2 de septiembre de 2016

miércoles, 31 de agosto de 2016

Adiós a Gene Wilder

Viendo el blog de un amigo pensé que yo antes tenía como tradición despedirme de la gente del mundillo del cine que palmaba y significaba algo para mí. Lo solía hacer en mi extinto blog Homo Insanus. Hace poco se nos fue Gene Wilder y recordé que a mi abuela le hizo mucha gracia esta escena de La mujer de rojo.



Mi abuela se reía mucho viéndolo bailar en la rejilla del metro y yo me reía de oír a mi abuela. El resto son más ocasiones en cine sacándome una sonrisa. Y no sé la de veces que he visto ya El jovencito Frankenstein. Se va una figura entrañable de la comedia norteamericana. Que descanse en paz.

lunes, 22 de agosto de 2016

Juntos es mi sitio favorito


No será que no he recorrido mundo. He subido montañas, he nadado en mares, hasta he visitado los fiordos noruegos y me he paseado por la Conchinchina. Pero te puedo asegurar que de todos los sitios donde he estado, juntos, es mi sitio favorito...


 

domingo, 21 de agosto de 2016

Kiki, el amor se hace

Paco León parece haber encontrado su forma de narrar particular, con personajes soltando parrafadas a cámara cuyos contenidos van entre el costumbrismo y la comedia de sal gorda. Nada malo, sólo espero que no agote la fórmula en sucesivas películas.

Kiki, el amor se hace consigue provocar alguna que otra sonrisa y pretende demostrar que en esto del amor el espectro de emociones, gustos y preferencias puede ser tan amplio como válido. Es una comedia bien hecha y se puede ver sin altibajos hasta el final. Pero... menos mal que no fuimos al cine a verla, Erlea. A siete euros por entrada hay alternativas mejores.

Expediente Warren: El Caso Enfield

Supongo que lo importante en una de terror, al menos en el primer visionado, es que asuste. Y esta secuela de Expediente Warren lo hace. Luego para mí lo que más me gusta de una peli de este género es que te deje con resaca mental, que no te permita conciliar el sueño bien, al menos la primera noche. Y una vez más, punto cumplido. Así que si queréis brincar en el cine unas cuantas veces y además recuperar ese masoquista sentimiento de paranoia sensorial en casa, mirando de reojo a las esquinas y no apagando la luz de un cuarto hasta encender las bombillas del siguiente, id a ver Expediente Warren: El Caso Enfield. James Wan lo ha vuelto a conseguir. Hay que seguir a este tío, Erlea, porque Insidious también me pareció terrorífica y me tuvo varios días con mal cuerpo.

viernes, 19 de agosto de 2016

Canción de amor para un vampiro

Esta es la canción que te comentaba hoy en la playa, churri. En su momento tuvo cierta repercusión. Creo que llegó a ser durante una semana número 1 en Los 40 Principales.

jueves, 18 de agosto de 2016

Justicia para Flash Gordon

Ted le hizo justicia a Flash Gordon y a todos los defensores de la peli de Mike Hodges. De muestra, este clip.

martes, 16 de agosto de 2016

Breve encuentro

Animado por Erlea, vimos en el proyector una versión remasterizada de Breve encuentro, de David Lean. Yo no estaba seguro de haberla visto antes en televisión, en el programa de Garci, en Qué grande es el cine. Lo que sí era seguro es que Erlea la conocía y la recomendaba con entusiasmo.

Me topé con una peli deliciosa, de un romanticismo encantador y que contaba, en 1945, una historia muy atrevida para la época: la relación extramatrimonial que mantenía una pareja durante un par de meses. Muy bonita, y muy recomendable.


miércoles, 20 de julio de 2016

"Lamento en la montaña", Gloria Fuertes

Aún te veo, río de mi vida,
 con los ojos que miran las montañas.
 Yo era una montaña con almendros
 montaña solitaria.
 Y viniste alegre con tu canto
 y me besaste toda con tu agua.
 Me dejaste inquietud para la noche
 y el alma enamorada.
 Aún te veo, río de mi vida,
 en la curva lejana,
 te vas cantando más entre los chopos,
 te vas cantando más que en tu llegada.
 Y yo,
 paralítica montaña;
 inmóvil te recuerdo,
 enferma de volcanes, alocada,
 espero tu regreso, río loco,
 que pasaste besando
 mi cuerpo de montaña.
 Tuviste que seguir tu destino de río,
 y yo el mío triste de tierra amontonada.
 Me dice el viento que vas al mar,
 Te sigo río mío, con los ojos,
 Te sigo río mío con los ojos,
 ya que no puedo seguirte con las plantas.
 Soñé... te quedarías a mi lado,
 como un lago sin cisnes,
 para siempre,
 acunando mi ansia.
 Qué locura más loca
 enamorarse de un río una montaña!

sábado, 16 de julio de 2016

De profesión: hamaquero

Para esto hemos estudiao, Erlea...

Pues sí, lectores (o sea, Mr. Lombreeze y algún despistado que llega buscando porno, o porno con cucarachas, que todo es posible), desde hace un tiempecillo estoy trabajando vendiendo tumbonas en la playa de La Alcaidesa, en un recinto propiedad del hotel Aldiana. Me pone nervioso y me estresa en lugar de relajarme. La causa es dar el cambio, cobrar y llevar la contabilidad del negocio.Tuve problemas en el pasado con el dinero en un antiguo trabajo y viejos fantasmas afloran ahora. Siempre temo equivocarme y que me falte dinero al final del día. O que se me rompa la riñonera donde llevo la pasta y que se me pierda. O yo qué sé, mil suposiciones derrotistas. Sin embargo, la realidad es que no he tenido demasiados problemas al respecto. Una queja/observación final: qué asco me dan los fumadores y sus colillas ahora que llevo casi cinco años sin fumar. Y yo era igual de cerdo (o más) que ellos...



Ah, ¿y por qué todos en mi trabajo las llaman hamacas? De toda la vida han sido tumbonas. En fin...

domingo, 10 de julio de 2016

Siempre un poquito mejor que antes

Si has sido bueno, te toca una vida mejor en La Rueda. Yo me conformo con ser también como la niña de Hospitalet, un gatito siamés. Un gatito siamés querido y cuidado en un hogar confortable. Y que me traigan de compañera a Erlea, transformada en gatita persa.

Pincha aquí para saber de qué hablo. Se trata de Princesa china, de Tomás Bases, un corto que nos gustó mucho a estas dos cucarachas el pasado mes de febrero en San Roque.

sábado, 9 de julio de 2016

Tu destino soy yo

Es la frase de una de las pintadas que te gusta ver cuando pasas por la Avenida de la Banqueta.

Mi niño, no te dije que el primer lunes que tenías que ir a trabajar por la tarde, sin haberte visto ese fin de semana y ya sabiendo que no te iba a poder ver hasta el jueves, dejé el coche en esa avenida al salir del trabajo a las cinco de la tarde y fui en busca de esas pintadas para hacerles unas fotos.

La que estaba más cerca era esta en la que se lee "me he dado cuenta de que eres mi vida". Algún gracioso la estropeó, como ya sabes, pero ahí en la foto no se ve.


Después, no muy lejos se podía ver la que dice "tu destino soy yo", una frase preciosa.


Y ya tuve que andar un rato hasta alcanzar la última, la más escueta, "te amo".



Y aquí tienes las fotos, que tanto significaban para ti y ahora para los dos. Te quiero, Insanus.

viernes, 8 de julio de 2016

Lecciones de amor

Es el título en español de la película que hemos dejado a medias en el proyector por cuestiones de tiempo. Pero no voy a hablar de esa peli. Sólo voy a coger su título, y a usar las palabras, como aconsejaría el profesor Marcus (Clive Owen), para describir lo que me conmueve.

Erlea me da pequeñas y silenciosas lecciones de amor. Mientras que yo soy más cursi y más dado a la palabrería, ella fija su atención en los detalles. Por ejemplo, me acaricia y me hace cosquillitas constantemente; me compra medicamentos si le digo que algo me duele; me da masajes, y cuando yo se los devuelvo, los de ella ganan en calidad y cantidad; me ofrece de su comida si yo acabo la mía muy rápido, aún teniendo ella el mismo apetito que yo; no se duerme en mis brazos pese a estar agotada, y si cabecea es porque yo ya he caído dormido y ella se aburre...

La excelente película que estamos viendo en dos tiempos, cariño, se llama en origen Words and pictures, Palabras e imágenes, y ya sé por qué la descargué. ¿Recuerdas que te dije que siempre descargo las películas por un motivo? Pues esta peli la bajé porque es de Fred Schepisi, un director australiano que en 1987 hizo Roxanne, una versión muy bonita del Cyrano de Rostand.

Palabras e imágenes.

Una palabra de las muchas que te digo, pues... meloncito. Un ejemplar ovoide y pequeñito, dulce y fresco, un arrumaco frutal.

Una imagen que me recuerde a nosotros, pues...


...siguiendo con el símil de las frutas, dos plátanos  recostados. Como nosotros cuando oímos La Rosa de los Vientos o vemos una peli en el proyector, :). 

jueves, 7 de julio de 2016

The Bangles: "Walk Like An Egyptian"


Me gustaban grupos como The Bangles y Bananarama.
Esta canción sonó el otro día en la peli pero no pude escucharla entera, aquí la dejo.



jueves, 30 de junio de 2016

S.A.N.Z. Los Ganglios

Mi niña no acaba de cogerle el punto a Los Ganglios. Yo soy fan fatal. Me sé todas sus canciones y las canto cada dos por tres. Los Ganglios son lo más, que diría Mugatu.

miércoles, 8 de junio de 2016

Misterios del Quijote, de Rafael Álvarez El Brujo

La representación tuvo lugar en el Palacio de Congresos de La Línea y hubo lleno casi absoluto. A mí me costó al principio encontrar mi tono de respuesta, dado que no me era fácil conectar la vertiente humorística del actor y el espectáculo con la parte más seria y rigurosa, que existía, y era bien bonita. Habría preferido menos cachondeo, menos chufla, y más Quijote, más teatro, aunque el teatro sea también la comedia pura, el reír y la guasa. En cualquier caso me lo pasé muy bien y me quité el deseo de ver en persona a un actor al que admiro y con el que disfruto mucho.


lunes, 6 de junio de 2016

Luces de la ciudad (Charles Chaplin, 1931)


Una de las escenas que más me han emocionado en el mundo del cine.
Esa mirada final del genio Charlot, amor en estado puro.



viernes, 3 de junio de 2016

20 cosas sobre Erlea

1.- Es sensata. Erlea es la sensatez personificada.
2.- No soporta nada relacionado con los ojos. No sé si existe una fobia al respecto, pero ella detesta todo lo relacionado con globos oculares.
3.- Aprendes cosas con ella. Yo he aprendido a doblar camisetas como hacen las dependientas en las tiendas, por ejemplo.
4.- Le gusta Jack Skeleton.
5.- Es fan de Celtas Cortos.
6.- Me cambiaría, la muy zalamera, por David Arquette, su amor platónico.
7.- Le encanta el cine de terror, pero no se asusta mucho con él.
8.- Es adicta a El club de la comedia.
9.- Sabe calcular el tanto por ciento de un descuento a velocidad pasmosa.
10.- Lleva varios tatuajes, pequeños y discretos.
11.- Huele muy bien. Su pelo huele a gloria, su cuello a agua de colonia, su pecho también, su ropa siempre limpia, su aspecto, impecable.
12.- No ha cambiado apenas de peinado desde que era adolescente. Si algo te funciona, ¿para qué cambiarlo?
13.- Siente fijación por las abejas. Y produce su propia miel.
14.- Le dan miedo las velas y cuando quiere crear ambiente usa velitas de lámpara LED.
15.- Es buena, generosa y cariñosa.
16.- No es masajista profesional, pero da unos masajes estupendos.
17.- Le gustan los animales.
18.- Es vegetariana.
19.- No es nerviosa, como yo.
20.- Es reservada, pero de una manera cabal, que no molesta, que es comprensible y respetable.

Everything I Do (I Do It For You)

La inserción del vídeo está desactivada en Youtube, así que no puedo incrustarte este videoclip, Erlea. Te dejo el enlace. Pincha aquí

domingo, 22 de mayo de 2016

Perro intenta salvar a unos peces

Como no, otro ejemplo que vemos sobre la compasión que sienten los animales hacia otro ser vivo.
Pero me pregunto por qué no hace nada la persona que está grabando el vídeo para salvar a los peces mientras al perro se le ve angustiado.



miércoles, 18 de mayo de 2016

"Me duele", Lu Bates

Me duele. ¿Por qué me haces pasar por esto? Mírame a los ojos, si los miraras verías que hay brillo, vida, una vida que quiere continuar. Mis ojos hablan por mí, porque mi voz ya no puede. Te están preguntando qué he hecho yo para merecer un sufrimiento y una agonía tan grandes. Y a nadie de los que nos rodea parece importarles. No hacen por apartarte de aquí. No quieres parar de dañarme, vestido de manera ridícula, aunque hace ya un buen rato que dejé de fijarme en eso, mi vista empezó a nublarse. Me mareo, he perdido mucha vida, mi cuerpo poco a poco se está manchando de rojo. Pero no te importa. Habrá alguna razón para todo esto, qui-siera saber cuál es, aunque desde luego no es justificable. Intento apartarme, pero me llamas. No hay ninguna salida, ningún sitio por el que pueda salir del círculo de la muerte. Me trajeron a sabiendas del que será mi final. Si pararas ahora y me regresaran de vuelta a donde estuve toda mi vida, con los míos, donde otros hombres se acercaban y yo me portaba bien con ellos, si lo hicieras no te guardaría rencor, habrás rectificado a tiempo. Mírame, ya estoy delirando. Eso no va a pasar nunca. Nunca, una palabra que se usa cuando estás hablando de un largo tiempo. Nunca. Y a mí solo me quedan unos pocos minutos de vida, lo sé. Me doy cuenta de que los cuidados de antes eran una sala de espera hasta el momento en el que estamos. Me engañaron. Toda mi vida lo fue. Y ahora vivo la realidad. Vivir... casi he de empezar a usar esa palabra en pasado. La vida se me agotó en cuando entré por esa puerta y te pusiste frente a mí. Me sigue doliendo. Antes creía que no podía sentir un dolor mayor. Me equivoqué. Hay cinco como yo esperando a pasar toda esta agonía. Lloro por sus vidas. Lloro por sus muertes. Me encuentro muy débil. Me falta todo lo necesario para continuar luchando. Me clavaron algo muy frío que me atravesó todo el cuerpo. Pegué un gran bote al sentirlo, casi te rozo y te daño también. Pero no. No me hubiera importado, la verdad, arrastrarte también hacia el mismo camino que yo, hacia la muerte sangrienta y fría. Necesito toda la intimidad posible al menos ahora. Imposible; me aparto lo que puedo. Caigo al suelo muy lentamente... Mientras caigo se va desgarran-do más mi interior. En un solo segundo logro ver algo que hace que sienta, si cabe, más soledad. La gente que está alrededor se pone en pie, saca pañuelos blancos, los mueve con alegría y los que no, aplauden. ¿Se puede ser más cruel? Te lo pregunto a ti, pero no espero que me respondas. Y muero.
 
Lu Bates (26 Junio 2004)

martes, 17 de mayo de 2016

Groenlandia, Zombies

Ya sé, Erlea, que te hacen mucha gracia los bailoteos asincopados del grupo y de Tesa en particular. Pero esto fue y es un TEMAZO, nena, un temazo.

 

lunes, 16 de mayo de 2016

Madrid

"Cae por la cuesta de Moyano un alegre carrito de hortalizas. Los puestos de libros de lance guardan, herméticamente, su botín inmenso de vanas ilusiones que fracasaron, ¡ay!, sin que nadie se enterase."

Camilo José Cela, Viaje a la Alcarria (1948)

lunes, 9 de mayo de 2016

Princesas, Fernando León de Aranoa

 
"Lo peor no sería que no hubiera nada después de la muerte,
lo peor sería que hubiera otra vida, igual que ésta..."
 
 

Lobo

"No sé por qué hay que dejar de querer a alguien sólo porque se ha muerto,
sobre todo si era cien veces mejor que los que siguen viviendo"
 

domingo, 1 de mayo de 2016

Treinta años de la cartelera de 1986

Ahora que todos los viernes miro la cartelera sin sentido alguno de la maravilla, eligiendo qué mal menor escoger para meterme en en el cine con mi chica, me es inevitable recordar que hace treinta años la cartelera me miraba a mí, como decían, más o menos, en Tropic Thunder. Sí, la cartelera de 1986 me miraba a mí y se reía, niño pobre que ya por entonces era un incipiente cinéfilo y que sólo contaba con los vídeos Beta de mi tío Juan y mi abuelo Manolo. En casa aún no teníamos vídeo y el último cine local ya había cerrado ante el empuje de los videoclubs, de modo que yo me contentaba con ver cintas en los susodichos Betamax familiares, mientras un catálogo de prodigios se estrenaban en los cines aquel año. Eran películas terriblemente comerciales, pero de factura técnica solvente casi todas ellas, películas que tardaban al menos un año o más en salir en vídeo (y porque salían muchas veces en lanzamiento pirata, como Aliens) y que hacían la boca agua en los programas de televisión que mostraban avances de ellas, como en De película o La bola de cristal.

Repasemos lo que se cocía en cines aquel año hace tres décadas con unas cuantas imágenes.


Exacto, Dentro del laberinto, con el desaparecido Bowie de malo maloso.


También fue el año de Top Gun. De Goose, Maverick, Iceman... Playing, playing with the boys, decía la canción del vóley playa.


De Cuenta conmigo, de aquellos cuatro amigos buscando un cuerpo en los bosques de Stephen King.


Y qué decir de El nombre de la rosa. Magnífica adaptación del libro de Eco. ¿Sabíais que Sean Connery sólo hablaba de fútbol durante el rodaje? El escritor italiano quedó muy decepcionado al ver que el tema de conversación del actor era únicamente su equipo favorito de ese deporte y los avatares de la liga británica.


El año también de El viaje a ninguna parte.


Y de Golpe en la pequeña China. El año de creer en la magia negra china, en sus múltiples infiernos y en Jack Burton.


De La mosca. Aquel viaje por el horror de la enfermedad y el cambio traumático.


En aquel año sólo podía quedar uno y el mejor consejo que podías escuchar de Ramírez era "No pierdas la cabeza".

Sin duda un gran año, con otros títulos sin mencionar aún como Karate Kid 2, que fue una digna secuela, El terror llama a su puerta, La Misión o el inolvidable musical La pequeña tienda de los horrores.

jueves, 28 de abril de 2016

Todavía tontorrón con la muerte de Prince

Estoy como si se hubiera muerto un viejo conocido, un compañero de instituto, un amigo de juergas. Sin conocerlo de nada, sin haber ido juntos a FP, sin haber bebido ni una cerveza juntos. Pero su música sí cumplió esos papeles en mi vida.

Vamos con el videoclip al completo de Cream. No era mi corte favorito del Diamonds & Pearls, pero esta muy bien.

viernes, 22 de abril de 2016

Adiós a Prince

Hoy Erlea me dijo que había leído por Whatsapp sobre su muerte. Entré en Internet para contrastarlo y... era cierto. Se nos ha ido un icono, artífice de discos preciosos, pero que además, si creciste en los años ochenta y fuiste joven en los noventa, con su presencia y sus temazos llegaba a formar parte de tu vida. 

Para mí Prince es pasar a tinta láminas de Dibujo Técnico bajo la luz de mi lámpara flexo y en los cascos gordos acolchados sonando a todo trapo el Diamonds & Pearls al completo o canciones del soundtrack de Batman. Es el Víctor feliz de los dieciocho años bailando medio borracho en la terraza del Portobello con sus amigos el Sexy MF en versión maxisingle. Es toda una primera juventud arropado por unos ritmos y unas canciones que definían lo que para mí era ser guay, ser cool. Prince era muy guay, y aunque perdiera presencia mediática con la entrada del nuevo milenio, lo seguía siendo. Ha dejado una nutrida discografía que tendré que explorar con tiempo, porque no escucho nada suyo desde el triple CD de 1996, Emancipation.

Descansa en paz, genio de la música, y gracias por todo.

miércoles, 20 de abril de 2016

20 de abril, Celtas Cortos


Corría el año 1990. Todavía recuerdo el momento en el que Francis puso en mis manos una cinta de cassette, con la carátula dibujada por él, en la cara A un disco entero instrumental, "Salida de emergencia", y en la cara B el segundo disco del mismo grupo, "Gente impresentable", pero esta vez sí tenía muchas canciones con letras. No podía parar de escucharlo. Hasta para darme un baño me llevaba el radiocassette y al sonar "Si no me veo no me creo" me la imaginaba como una película. Poco después ese mismo grupo sacaría un par de grandes éxitos, uno era "Cuéntame un cuento" y otro "20 de abril", del que os dejo el vídeo por el 26º aniversario.

Gracias, Celtas Cortos, por tanta buena música, habéis sido una parte muy importante de mi vida. Guardo gratos recuerdos de vuestros conciertos y de la gente que ido conociendo a lo largo de estos años gracias a vosotros.

miércoles, 13 de abril de 2016

Batman v. Superman El amanecer de la justicia

No estuvo mal. Ben Affleck es un buen Bruce Wayne y el Batman de Snyder es más comiquero y molón que el de Nolan, pese a que me gusten bastante esas tres películas. Erlea se aburrió, yo me lo pasé estupendamente salvo al final, un final que no llegaba nunca, con pequeñas conclusiones que no iban a ninguna parte, y que no anticipaban el The End de la música y los créditos. Por lo demás es una buena película de superhéroes y la lucha entre estos dos titanes, condenados a ser amigos, fue mucho más espectacular que en los tebeos, donde ya les vi hace años darse estopa.

viernes, 8 de abril de 2016

lunes, 4 de abril de 2016

Negra Sombra, Luz Casal y Carlos Núñez



NEGRA SOMBRA

Cuando pienso que te fuiste,
negra sombra que me asombras,
a los pies de mis cabezales,
tornas haciéndome mofa.

Cuando imagino que te has ido,
en el mismo sol te me muestras,
y eres la estrella que brilla,
y eres el viento que zumba.

Si cantan, eres tú que cantas,
si lloran, eres tú que lloras,
y eres el murmullo del río
y eres la noche y eres la aurora.

En todo estás y tú eres todo,
para mí y en mi misma moras,
ni me abandonarás nunca,
sombra que siempre me asombras.

Rosalía de Castro

The Big One, Black

Este pasado 26 de enero moría en accidente de tráfico el cantante Black. Sólo cincuenta y tres años. Una pena. Sirva este The Big One como homenaje.

domingo, 3 de abril de 2016

Orgullo y prejuicio y zombis

De público, sólo cinco personas en la sala para este estreno, adaptación de una novela que pretende conjugar el universo de Jane Austen con la algarabía serie B de los zombis.

El experimento se salda con un aprobado por los pelos, en tanto que ni la parte literaria convence demasiado ni el añadido de los zombis tampoco es digno de gran atención. Sorprendía un poco que los zombis en esta peli son inteligentes en grado sumo, capaces de razonar y hablar con coherencia, al menos hasta que se alimentan por primera vez de cerebros humanos.

En fin, otra peli discreta para esta pareja de cucarachas que no terminan de ver una obra maestra en sus ya habituales incursiones al multicine más cercano.

sábado, 26 de marzo de 2016

Nunca tiraré mi colección de cintas VHS

Repite conmigo, amorcito: "Nunca tiraré mi colección de cintas VHS". Es que basta que las tiremos para echarlas de menos. Me va a pasar como cuando regalé mis vinilos. Y tengo joyitas en funda gorda compradas en videoclub, que no eran para venta directa me refiero.

viernes, 25 de marzo de 2016

Blog público: ahora sí

Hace un tiempo creí habilitar el blog como sitio público, pero no le di a "Guardar cambios", un tonto error. Ahora, Erlea, estamos abiertos al mundo.



Otra cosa, meloncito, te he ascendido de autora a administradora.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Calle Cloverfield 10

La vimos de estreno el pasado viernes en los cines Odeon de Palmones y la verdad es que no está nada mal la peli. Combina la claustrofobia típica de las pelis desarrolladas en espacios reducidos con la fascinación que despiertan personajes como el de John Goodman, un chiflado del fin de los tiempos que ha construido un búnker subterráneo con todo lo necesario para sobrevivir a un apocalipsis de cualquier tipo.


Comentábamos Erlea y yo a la salida de la proyección el escaso público para ser una noche de estreno y una película de estas características. Hasta elucubramos con si saldría rentable este enorme multicine en una comarca que ha perdido ya desde hace mucho tiempo la tradición de ir al cine de vez en cuando. Bien sea por lo caras de las entradas, bien porque la competencia con el todo gratis de Internet es letal, lo cierto es que aquí en mi pueblo (y enclaves colindantes), la gente deja lo de ir al cine para un caso muy concreto, una peli infantil de alta demanda o una cita mensual. Lejos quedaron los años en los que todos íbamos al cine con asiduidad porque era divertido y además si no barato, sí asumible, lo bastante asequible como para ir varias veces a la semana.

martes, 22 de marzo de 2016

Jack & Sally


Sobre los Oscar a Las amistades peligrosas

<<El film estuvo nominado a numerosos premios Óscar, mejor película, mejor actriz principal para Glenn Close, mejor actriz de reparto para Michelle Pfeiffer, mejor guion adaptado para Christopher Hampton, mejor diseño de vestuario para James Achenson y mejor dirección artística para Stuart Craig y Gerard James. Sólo ganó 3 Oscares: mejor guion adaptado, mejor diseño de vestuario y mejor dirección artística. Michelle Pfeiffer y Christopher Hampton ganaron los premios BAFTA a mejor actriz secundaria y a mejor guion adaptado respectivamente, aunque la película tenía 10 nominaciones.

Los Óscar del año 1988 fueron polémicos, pues Glenn Close, que estaba nominada al Oscar a la mejor actriz, perdió frente a Jodie Foster. También fue polémico que ni siquiera se nominara a John Malkovich, pues crítica y público estaban de acuerdo en que su interpretación era una de las mejores adaptaciones de un personaje escrito previamente>>.

Esto es lo que dice Wikipedia, Erlea. Mis recuerdos son más concretos y a la vez, contradictoriamente, imprecisos. Recuerdo que ese año aún retransmitió la ceremonia TVE (todavía Canal Plus no se había hecho con la exclusiva), que también a mí me desconcertaron ciertos premios y que la canción Let the river run de Armas de mujer me parecía muy chula. Recuerdo que había visto ya unas cuantas películas candidatas, como Las amistades peligrosas, Arde Mississipi, Armas de mujer o ¿Quién engañó a Roger Rabbit? Y poco más rememoro. Sí: que hice una quiniela con las casillas de la doble página de mi revista Fotogramas y que acerté bastantes resultados.

Erlea, queridos lectores del blog (si alguno hay, aparte de sus dos autores) no había visto aún esta joyita del drama contemporáneo, y la hemos disfrutado esta tarde en alta definición en el proyector de mi dormitorio.

jueves, 17 de marzo de 2016

martes, 15 de marzo de 2016

jueves, 10 de marzo de 2016

máscara

Todos tenemos una máscara
pero cuando ocultamos
nuestro verdadero yo
a la gente a la que amamos,
¿cuál es el precio que pagamos
por ocultarles la verdad?

La libertad del que se cree libre
sin saber de donde cuelgan
las ataduras que lo manejan,
es como creer que un vientre hinchado
es sinónimo de tener la barriga llena.

sábado, 5 de marzo de 2016

Deadpool

No recuerdo dónde leí ya que las películas de superhéroes corrían el riesgo de acabar saturadas y producidas en calidad de explotación de serie B o Z, como ocurrió con el western en Europa. Si es así, ahí estaré para verlo. Me siguen encantando las pelis de superhéroes actuales, y aunque la racha degenerara en el equivalente al spaghetti western de los héroes en pijama apretado, seguro que seguirían siendo películas muy divertidas, dinámicas y a veces hasta rompedoras, como lo intenta Deadpool con sus chistes referenciales, sus rupturas de la cuarta pared y su acción sin tregua.   

Ryan Reynolds, el actor con menos carisma de su generación, y que seguramente será recordado más como ex consorte de Scarlett Johansson que como actor de éxito, y a quien pudimos ver paseando su sosería en títulos como Buried o Linterna Verde, está aquí hasta simpático y en muy buen tono muscular, aunque seguramente habrá sido doblado en las escenas de mayor destreza atlética.

En cuanto al héroe en sí, a medida que la Marvel y la DC exprimen a sus personajes, van apareciendo nombres que no leí de niño en mis tebeos, cosa que me genera cierta desazón, porque yo hasta hace unos años creía estar al día en materia de superhéroes, pero desde Linterna Verde y Ant-Man, me doy cuenta de que mis lecturas comiqueras infantiles no fueron tan profusas como yo creía o recordaba. Y mira, no hay mal que por bien no venga: más sorpresa cuando vuelva a ver una de estas películas sin conocer nada de su protagonista principal. 

viernes, 4 de marzo de 2016

Un lugar para soñar

Cinco años han tenido que pasar para que yo viera por fin esta película de Cameron Crowe que ya desde su cartel y sinopsis daba avisos de truño inside. Una historia bonita e inofensiva, muy norteamericana, muy blanca también, sobre una familia que compra un pequeño zoológico y lo saca a flote como puede. Eso es Un lugar para soñar. No hay nada más en ella. Y sorprende que Cameron Crowe eligiera este material como fuente para su séptimo largometraje. Sorprende de buenas a primeras. Luego repasas su filmografía y ves que la elección es coherente con el tono meloso de algunas de sus películas más recordadas.

Erlea y yo nos hemos aburrido un poquito y desde luego no recomendamos este filme a nadie a no ser que sea por hacer los deberes, porque se le siga la pista a algún nombre implicado y se pretenda completar con éxito algún listado. Estas dos cucarachas respetables han visto juntos películas mejores.