lunes, 11 de enero de 2016

Los años 80 en 80 películas: El Resplandor


El Resplandor

Título original: The Shining
Año: 1980
Nacionalidad: Estados Unidos
Director: Stanley Kubrick
Guión: Stanley Kubrick y Diane Johnson
Música: Rachel Elkind y Wendy Carlos
Fotografía: John Alcott
Intérpretes: Jack Nicholson, Shelley Duvall, 
Danny Lloyd, Scatman Crothers, Barry Nelson


La película que inaugura esta serie de entradas (que luego pasará a ser un libro autoeditado que no leerá nadie) me ha asustado a lo largo de los años. Primero como el niño que fui, luego como adulto. Como niño, me identifiqué en casa de mi tío Juan un invierno con el pequeño Danny (Danny Lloyd) en aquel hotel grande y oneroso. Nada más terrorífico en la infancia: descubrir que el monstruo de tus pesadillas es ahora alguien tan cercano y querido como una figura de poder admirada, tu propio padre. Como adulto, las múltiples capas de horror de El Resplandor también me robaron alguna que otra hora de sueño reflexionando sobre ellas: lo sobrenatural desde una perspectiva maléfica, la predestinación fatídica, el eterno retorno aplicado a una maldición repetitiva, el miedo a la enfermedad mental, el temor a hacerle daño justo a los seres que más quieres, y por último a ti mismo. Todo eso está en El Resplandor, y es uno de los pocos filmes que se han ido adaptando como un guante a las diferentes etapas de mi vida. Entre medias, una profunda admiración: Kubrick era un maestro y fue capaz, con la colaboración de Diane Johnson (una profesora de literatura en la Universidad de California), de extraer oro de una de las novelas más mediocres de Stephen King, el prolífico autor de Maine, auténtico amo y señor de la literatura de género en los años ochenta.

La steadycam, una cámara flotante atada a un brazo con amortiguadores, le otorgó a la película un sello muy particular, y ya es icónica la imagen del niño recorriendo los pasillos del hotel Overlook con la vista a ras de suelo, tal y como se vería la acción desde su enternecedor triciclo. No sólo en esas secuencias; recordemos también la steadycam en el laberinto nevado.

Entre las mil y una anécdotas del rodaje, se cuenta que el crío coprotagonista no sabía que se rodaba una historia de terror; que se eliminaron veinticinco minutos de metraje tras los primeros pases preliminares en Los Ángeles y Nueva York; que provoco dobles y triples lecturas entre la crítica y el público, que creyeron ver en la película conspiraciones sobre el alunizaje de 1969, el reverso oscuro de 2001, una odisea del espacio, una denuncia de la masacre del pueblo nativo norteamericano por parte de los colonos o una nueva vuelta de tuerca al cuento de Caperucita Roja; que Kubrick encargó personalmente a Carlos Saura la versión española de las voces; que a Stephen King no le gustó en absoluto esta adaptación de su libro.

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